escrito originalmente el 22 de septiembre del 2007
Una de las clases que escogí este semestre (Fall 2007) fue Crecimiento y Desarollo Humano (EDFU 3001). En dicha clase de educación, estábamos discutiendo lo que en toda clase de salud habla: del proceso de hacer una criatura. Para comenzar, nos enseñan los sistemas reproductivos, pero, no se porqué, el profesor le dió un sobrenombre tan peculiar al masculino:
En realidad vine a hablar que cosas que nunca se cubren en las clases son las más interesantes, porque oír al profesor hablar de casi lo mismo que te dieron en la escuela, me puso a dormir, especialmente si tomas la clase a las 7:30 de la mañana. Yo para matar el tiempo dibujo y marco lo mencionado antes de que el profesor lo diga.
Mientras marcaba, vi que los médicos de la antigüedad combatían la infertilidad de maneras poco ortodoxas para el individuo de la era moderna. Dice que:
Para incrementar la fertilidad, los doctores antiguos aconsejaban a los hombres comer hinojos, y a las mujeres beber la saliva de los corderos y utilizar collares de lombrices. Después del sexo, la mujer debía permanecer recostada con sus piernas cruzadas y evitar enojarse. Durante el Renacimiento, la lista de alimentos recomendados para fomentar la concepción incluía puerros, zanahorias, espárragos y diversos tipos de nueces, pichones, gorriones, crestas y testículos de gallos, genitales de toros, trufas, menta, apio, arroz cocido en leche de vaca etc...He visto a gente que todavía utilizan esos métodos rudimentarios. Pero gracias al milagro de la pastillita azul, los viejos no tienen que comerse los huevos del toro para que su felicidad acreciente.
2 comentarios:
Hola Javier! Deseandote una feliz Navidad junto a tu familia! Saludos!
Felicidades a ti también Kofla.
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