Analoguiando: Episodio 1

Muchas ocasiones una persona tiene que salir de su habitat para reconocer la realidad que lo rodea. Esa oportunidad me la dio cuando el viernes 15, al intentar prender la máquina cedió, tras cinco años de darle manigueta. Al principio no podía soportar el estar sin ella, porque al menos no tener la diversión conectiva por cable no era nada, pero cuando era por completo parecía fatal. No tenía dinero para repararla, ya que los chavos no llegaban. Pues, no podía hacer nada.

Por milagro aparece el técnico de reparación y le digo la cuestión: la fuente de poder se había deschavetado. Verificó todo y me dijo que fuese a la tienda a compara uno. Me prestaron 30 pesos y el sábado por la mañana me preparo para la odisea de la tienda. Al entrar me indican que de ese voltaje no tenemos, sino de más, pero que servía. Voy lo compro, me lo llevo pa' casa, lo instalo, y luego de varias ocasiones empieza a oler fuerte a humo y chispas. "Se jodió de verdad", dije. Ya no había más que rparar, porque se acababa de descoñetar.

Mi madre me recuerda que tenía una cuenta en una tienda de electrónica que recientemente achicó su nombre. El domingo nos dirigimos al lugar a comprar una máquina compactada y portatil. Cuando vamos a pasar la pieza dorada del arrendamiento, la cajera nos dice que sería imposible ya que no se había usado por años. Pues que se podía hacer, la tecnología no quería que me acercara a ésta.

Entonces, ¿cómo iba a completar mi conocimiento y aprendizaje universitario si no tenía las facilidades al instante y con el bolsillo pelao, con la hora cero de una asignación que debía llegaba? Eso lo dejamos para otra ocasión...