miércoles, 1 de diciembre de 2010

El envenenamiento de la UPR



Un nuevo ciclo de paros y huelgas han llegado a la Universidad de Puerto Rico. En esta ocasión la administración y los huelguistas parecen que han encerrado al estudiante ajeno a todos éstos revoluces (entiéndase los que no les importa) entre irse a un paro y luego huelga o pagar una cuota de 800 dólares metiendoles el cuco de la acreditación.

En la opinion cibernética del pueblo universitario muchos dicen NO a ambas variables, otros apoyan una huelga y no una cuota, pero ninguno ha escrito sobre apoyar una paralización y darle los 800 al sistema.

La realidad es que nos tendremos que tragarnos una de las opciones. Quisiera yo que la administración eliminara las intenciones de los ochocientos pesitos, pero es que son intransigentes. Quisiera yo que los huelguistas desistieran de sus arrebatos de cólera y de su fascinación con cerrar portones, pero es que son intransigentes. Después uno no puede comentar mal del otro porque te clasifican, para que si ambos son igualitos: tienen visiones utópicas opuestas, las cuales no lograrán.

Ahora bien, la imágen de arriba describe el hecho de que no vamos a joder seas la decisión que tomemos. Si tomamos las armas de protesta estudiantil, nos veremos obligados a ver si surte efecto o no, teniendo en claro que la administración puede cerrar la universidad, y extender el semestre. Por otro lado si le regalamos 800 a la administración, habría que sacar el esfuerzo máximo del estudiante del siglo XXI: tener que estudiar y trabajar a la misma vez, eso es si la Pell no te cubre.

Es dificil aceptar que tengamos que tomar dos opciones tan fatales para la UPR, como si te dieran a escoger entre la cámara de gas o la silla eléctrica. En un mundo utópico no pasarí ninguna de estas barrabasadas.

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