Fecha escrita originalmente: martes 17 de febrero del 2009
En cualquier rincón de la Tierra siempre encontramos gente bondadosa la cual ayuda al prójimo en distintos problemas diarios de la sociedad, sin necesidad de recompensa monetaria, algunas veces debido a que los hace sentir excelentes. A veces, las cosas al resolverse quedan perfectas, pero otras veces el tiro puede salir por la culata.
Lo poco que me queda de compasión y responsabilidad de hacer el bien ha sido utilizado en diversas tareas como traducir trabajos escritos del español al inglés, indicarle a las personas direcciones, ayudar a abrir cuentas de computadora en el Centro de Cómputos, todos sin necesidad de recibir dinero (a menos que sea un trabajo extenso, como cuando hice el trabajo de la Guerra Civil y me gané $50). Me gusta debido a que me siento que soy de ayuda para la sociedad. Pero siempre hay veces que por bruto cae en la trampas.
Ejemplo fue hoy por la mañana de camino a la parada del Trolley Colegial en Darlington. Oigo un 'hey tu' de atrás, el cual resulta ser un chamaco al cual ya había visto antes. Era deambulante, siempre andaba en su bicicleta. Ya iban dos ocasiones que le di dinero para comida (aunque tengo duda de que tipo de comida sera: boca, vena, o nariz). Siguiendo. Me fijé que esta vez estaba limpio y con sus dientes arreglados, ya que la primera vez que lo vi estaba mellao y sólo podia comer sopa. Me pide $5 para comer pollo, pero le iba a dar el menudo que tenía, me dice que tiene cambio en billetes. Por becerro le doy un billete de 10 ya que no tenía de 5. Me devuelve parte pero se escapa diciendo y que lo esperara al resto. En otras palabras: "espera ahí a ver si regreso". Por lo menos la cara que tenía no reflejaba enojo, pero no alegría. De seguro los que esperaban al trolley pensarían que fui un pendejo al darle dinero al muchacho, pero creo que es mejor perder $7.50 que perder la vida.
En realidad, creo que el hecho de pensar la reacción si no le hubiese dado el dinero pudo haber terminado en el próximo titular de Primera Hora como una víctima de un navajazo. Gente, hay momentos que puedes esquivar un momento como éste y hay otros en los que estás entre dos carriles en go sin salida alguna. Piénselo.
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